Análisis: El sueño hemisférico
Por Ana Esther Ceceña y David Barrios / Observatorio Latinoamericano de Geopolítica
Jueves, Agosto 9, 2018

Los meses turbulentos que precedieron las elecciones venezolanas del 20 de mayo son al parecer sólo el inicio de una ofensiva, que se anuncia implacable, para la recuperación del territorio americano como base hemisférica de los intereses estadounidenses.

La intensidad y variedad de movimientos, operativos, posicionamientos y acuerdos militares, policiaco-militares y económico-financieros con que se recolocan los poderes hegemónicos con fachada o entretelones norteamericanos y adherentes, aliados y voceros locales, no ha cesado de desplegarse en los días posteriores al 20 de mayo. Para mantener el cerco y el agobio sobre Venezuela, sin duda, pero para avanzar en una escala mucho mayor.

Si bien Venezuela es un indudable epicentro de la estrategia de recuperación y disciplinamiento continental, no deja de ser, en otro sentido, un pequeño teatro de operaciones que se replica en todos los otros países o regiones, adecuándolo a las condiciones específicas.[2] De esta manera, no sólo dentro de Venezuela ocurren simultáneamente una gran cantidad de ataques, intervenciones o provocaciones de distinto tipo y en sectores y geografías diferentes, sino que puede observarse una situación similar desde una perspectiva macrocontinental. La combinación de mecanismos, ritmos, intensidades y sectores implicados en una ofensiva de esta naturaleza no tiene freno; siempre puede agregarse algo más para potenciar los resultados deseados, y para complicar la comprensión del fenómeno y la capacidad de respuesta del pueblo afectado. La idea es ocupar espacios al ritmo y de acuerdo con las características y condiciones de cada uno y, a la vez, no dejar resquicios desde donde la resistencia a esta intervención pueda levantarse.

Dentro de las operaciones que pueden identificarse como componentes de una política de inducción al sometimiento regional o de (re)construcción de los disciplinamientos hegemónicos se distingue un amplio abanico que comprende golpes parlamentarios; colaboraciones militares permanentes o específicas; entrenamiento, capacitación y adoctrinamiento; cambios normativos que facilitan la consolidación y ejercicio de estados de excepción dirigidos a combatir al real, potencial o imaginario enemigo interno; patrullajes militares; instalación, refuncionalización o modernización de bases militares; aumento en los presupuestos de seguridad y defensa; avituallamiento con equipos de combate y vigilancia de alta sofisticación; sistemas cooperativos de inteligencia; fuerzas especiales con integrantes oficiales o contratistas (mercenarios); ejercicios militares conjuntos; creación de fuerzas de tarea combinadas; sabotaje alimentario, sanitario y/o de servicios básicos; (agua, electricidad, comunicaciones); creación de grupos de choque; bloqueo comercial y financiero; desestabilización monetaria; deuda; operativos de “uso de la ley como arma de guerra” (Dunlap, 2009) o lawfare;[3] y hasta utilización de catástrofes naturales para rediseñar territorialidades y controles.

No abordaremos en este texto todos los campos de intervención señalados. Nos interesa particularmente dar cuenta de las actividades que profundizan la tónica militar de las relaciones políticas y territoriales en el Continente y, dentro de este campo, aquellas ya previstas y explicitadas especialmente por el Comando Sur de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos en su programación de actividades de 2018. Siempre hemos considerado que las investigaciones en este terreno deben conducirnos a la posibilidad de diseño de estrategias preventivas, que se adelanten a los acontecimientos y amenazas bélicas.

En lo que va del siglo XXI, la tendencia al reforzamiento del sentido y las actividades militares es una característica generalizada. Por un lado, los presupuestos de bienestar social de los países de la región han sido sacrificados mientras los de defensa y seguridad se mantienen altos o incluso se incrementan (ver cuadro 1); por el otro, lo más significativo y preocupante, es la inclinación creciente a enfrentar o pretender resolver cualquier tipo de conflicto –incluso los llamados desastres naturales[4]– mediante políticas y mecanismos propios de la visión militar. No es sólo la presencia de tropas la que marca las pautas de la militarización sino las modalidades confrontativas e intolerantes o unilineales de la política -de amigo-enemigo-, y la definición del mundo como campo de batalla.

 

Cuadro 1 

Presencia del Comando Sur

“WE RECOGNIZE THAT THE REGION’S PRIMARY CHALLENGES—CRIMINAL AND EXTREMIST THREAT NETWORKS; VULNERABILITIES TO NATURAL AND MANMADE DISASTERS; AND GLOBAL COMPETITORS—ARE HIGHLY DEPENDENT ON AN INTEGRATED APPROACH AND LEVERAGING AUTHORITIES AND CAPABILITIES ACROSS THE JOINT, INTERAGENCY, INTERNATIONAL, AND NON- GOVERNMENTAL COMMUNITIES. THAT’S WHY OUR APPROACH HAS ALWAYS BEEN LESS ABOUT WHAT WE NEED, AND MORE ABOUT HOW WE BETTER EMPLOY WHAT WE HAVE. WE SEEK TO MOBILIZE AND ORGANIZE THE UNIQUE STRENGTHS OF EACH OF OUR PARTNERS AND ALLIES, TO EXPAND INFORMATION SHARING AND COLLABORATION, AND TO ALIGN SECURITY, DEVELOPMENT, AND CAPACITY BUILDING ACTIVITIES THAT ALLOW US TO TRANSLATE SHORT-TERM SUCCESSES INTO LONG-TERM GAINS, SUSTAINED BY AN ADAPTIVE AND INCLUSIVE REGIONAL SECURITY NETWORK”.  USSOUTHCOM, 2018: 10

Prueba de la creciente militarización de la política continental es el activo protagonismo del Comando Sur, uno de los cinco Comandos de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos que se reparten el mundo sin dejar fuera mares, islas y cascos polares.[5] Notable también, en los últimos tiempos, es la asiduidad de sus visitas a la región y la versatilidad con la que se mueven sus altos mandos, encargándose de actividades incluso diplomáticas. Las visitas de emisarios civiles han ido cediendo terreno a las de los militares aunque también las primeras han sido mucho más frecuentes que en otros momentos.[6]

En sus documentos estratégicos, el Comando Sur establece tres líneas principales de intervención:

  1. En el terreno político, ampliar y profundizar relaciones con los gobiernos afines, así como tejer relaciones similares con el resto. Aquí podría mencionarse como caso paradigmático el restablecimiento de convenios y todo tipo de colaboraciones en el campo militar, policial y de seguridad en general con Ecuador;
  2. En el terreno militar propiamente dicho, contrarrestar las redes criminales o terroristas transnacionales (Transnational threath networks)[7], consideradas como una amenaza difusa, difícil de detectar y desmontar, que tiene asiento en algunos gobiernos pero que se mueve en ámbitos no institucionales también. Con estos criterios se cataloga al gobierno venezolano y se intentan justificar las medidas de asedio y bloqueo con las que se le ha castigado;
  3. En el terreno operativo, preparar formas de respuesta rápida (ayuda en caso de desastre y “asistencia humanitaria”).[8] En este aspecto es importante resaltar que en todos los casos el propósito principal consiste en el entrenamiento de mandos y tropas estadounidenses, aunque siempre se combina con la creación de vínculos y homogeneización de criterios y comportamientos con las Fuerzas Armadas de los países de la región que incorporan la agenda de seguridad del hegemón.

Es así que a través de estos ejes se proyecta la realización anual de cientos de acciones en la región que incluyen conferencias entre distintas ramas de las Fuerzas Armadas del área, giras, foros, seminarios, ferias y por supuesto entrenamientos y ejercicios.

Las actividades reportadas por el Comando Sur en el primer semestre de 2018 incluyen tres visitas de contingentes militares latinoamericanos (salvadoreños y colombianos) a Estados Unidos, además de intercambios de capacitación y entrenamiento regulares de las Fuerzas Armadas de la región. No obstante, lo que destaca en este periodo es el nivel que tuvieron las reuniones. Como en pocos momentos, la presencia de altos funcionarios de la Casa Blanca, del propio Secretario de Defensa y del Comandante en Jefe del Comando Sur ha sido reiterada y, en general, muy visible. En buena medida estuvo relacionada con la necesidad de amarrar acuerdos que multiplicaran el asedio a Venezuela pero también responde a las políticas de afianzamiento de las posiciones continentales pensadas estratégicamente (en el mediano y largo plazos).

Tenemos documentada la realización de al menos once reuniones entre representantes del Comando Sur y sus pares del área Sudamericana, principalmente de Colombia y Chile. Mención aparte merece el encuentro en Washington entre el Ministro de Defensa de Brasil Joaquim Silva e Luna, y el Secretario de Defensa de Estados Unidos James N. Mattis durante el mes de abril, en la que se abordó el tema de la crisis venezolana, así como la cooperación entre ambos países.

Adicionalmente, entre el 9 y 10 de mayo, el Jefe del Comando Sur fue coanfitrión, junto con el Ministro de Defensa Nacional de El Salvador, David Munguía, de la Conferencia de Seguridad de Centroamérica (CENTCEC). Los temas principales tratados fueron la aportación de información, así como el trabajo compartido en materia de amenazas transnacionales (Ruíz, 2018).

El asedio a Venezuela

El inicio del año estuvo marcado por una fuerte presencia militar estadounidense en el área Caribe-Cuenca amazónica, en el entorno de Venezuela justo cuando se realizaba el diálogo con la oposición en República Dominicana y no terminaba de definirse la fecha de elecciones.

Entre enero y febrero las Fuerzas de Operaciones Especiales del Comando Sur (SOF-SOCSOUTH) y sus contrapartes locales realizaron en Panamá un entrenamiento que simuló operaciones de alto riesgo en contextos urbanos, así como escenarios de intervención ante un posible sabotaje en el Canal de Panamá. En específico, se prepararon para una hipotética liberación de rehenes que permanecían cautivos por un grupo fuertemente armado en entornos selvático y de playa, conformando grupos de reacción rápida para intervenir en una situación de crisis, que podía ser ésa o alguna otra similar.

Entre marzo y junio se hicieron cuatro ejercicios del llamado Continuing Promise (actividades médicas diversas). En marzo y abril tuvieron sede en Honduras y Guatemala, desplazándose hacia Colombia durante el mes de mayo, acompañando la fecha de las elecciones en Venezuela.[9]

Entre el 16 y 20 de abril, coincidiendo con la primera fecha que se había determinado para la elección presidencial en Venezuela, se despliega en Trinidad y Tobago un ejercicio para desastres naturales y ensayo de situaciones para contrarrestar amenazas transnacionales, llamado Fused Response.

Completando el cuadro, entre el 11 de abril y el 21 de junio, la presencia estadounidense en la frontera panameña se garantiza con un ejercicio Nuevos Horizontes, en los departamentos de Coclé, Veraguas y Darién. A través de proyectos de ingeniería y brigadas médicas, se movieron por la zona alrededor de 200 efectivos militares provenientes de Estados Unidos.

Durante todo este periodo, que según algunos analistas amenazaba con una posible intervención militar en Venezuela, Colombia y Perú jugaron como piezas clave. Colombia manejando el argumento de la crisis humanitaria en la frontera venezolana, lo que apuntaba incluso a prever la solicitud de una misión de paz de la ONU con sus famosos Cascos Azules, que en realidad ya parece estar iniciando con la presencia de Cascos Blancos venidos de Argentina para colaborar con la atención médica de los refugiados venezolanos en Cúcuta y Maicao, iniciando el 26 de junio y con una duración prevista de seis meses (Gobierno de Colombia, 2018); y Perú, como sede del Grupo de Lima, especie de grupo de choque anti-gobierno-venezolano, promoviendo exigencias, presiones, y amenazando con la intervención.

No obstante, la participación de Perú no se limitó a acoger al Grupo de Lima. También tuvo su parte en la configuración del abanico de fuerzas norteamericanas en la región. En el puerto de Callao, entre el 16 y el 24 de abril, se hizo el ejercicio marítimo Silent Forces Exercise (SIFOREX), dedicado fundamentalmente a la guerra antisubmarina, con entrenamientos de interdicción o de búsqueda y rescate en superficie. Este es un ejercicio habitual pero no por eso deja de ser parte del mismo cuadro.

Los ejercicios y entrenamientos militares, sin ser el único elemento a considerar dentro de este proceso de reconquista continental, merecen un lugar destacado para el análisis del incremento de la presencia militar en la región, así como para calibrar las estrategias y sus sentidos. Podemos distinguir de manera muy general entre un conjunto de ejercicios que se llevan a cabo de manera periódica como el SIFOREX, algunos más que tienen lugar en el caso de desastres naturales y otros que son realizados de manera aparentemente aleatoria pero que claramente apuntan a los focos de interés coyunturales.[10]

Colombia, el aliado insoslayable

“COLOMBIA, IN PARTICULAR, REMAINS OUR INDISPENSABLE PARTNER IN THE COUNTER NETWORK FIGHT. JUST AS WE NEVER CONSIDERED WALKING AWAY FROM OUR NATO ALLIES UPON THE CONCLUSION OF THE COLD WAR, IT SHOULD BE INCONCEIVABLE THAT WE PERMIT ANY DIMINUTION IN OUR TIES WITH COLOMBIA TODAY”. KURT W. TIDD

Colombia recibió a inicios de febrero la visita de Rex Tillerson,[11] Secretario de Estado y portador de los intereses estratégicos del Estado norteamericano y de sus gigantes petroleras, Exxon y Chevron. Los temas tratados, visiblemente, fueron la crisis en Venezuela, la disponibilidad y uso de las reservas petroleras de la zona, y el afianzamiento militar de las posiciones hegemónicas para la preservación del buen funcionamiento de las instituciones capitalistas, públicas y privadas. A fines de febrero, Thomas Shannon,[12] Subsecretario de Estado para Asuntos Políticos, volvió para confirmar alianzas e intereses compartidos.

A mediados de febrero, complementando las visitas de las autoridades políticas, el Jefe del Comando Sur, Almirante Kurt W. Tidd, se reunió con el presidente Juan Manuel Santos, el vicepresidente Óscar Naranjo y el Ministro de Defensa,[13] e hizo una visita a la Fuerza de Tarea Conjunta apostada en la base de Tumaco. Adicionalmente, en un mes hubo por lo menos tres reuniones estratégicas, que fueron retribuidas por una visita oficial de agradecimiento del propio presidente Juan Manuel Santos al Cuartel del Comando Sur en Miami, en un evento por lo demás inusual, aunque entendible considerando la intensidad de la colaboración entre ambos países.

The U.S. government has been an influential partner in Colombia’s progress by advancing security, stability, law enforcement, counternarcotics, rule of law, human rights, and development. U.S. bilateral foreign assistance of $391 million – a part of the Administrations’s $450 million whole of government request to support Colombia – includes capacity building and technical assistance in areas of mutual interest to Colombia and the United States: coca eradication and interdiction; institutional presence and licit economic opportunities in conflictive regions; land restitution; demobilization and reintegration of ex-combatants and rehabilitation of soldiers; respect for human rights; access to justice; protection of and services to internally displaced people, Afro-Colombians, indigenous populations, and other vulnerable citizens; global climate change and environmental conservation through the President’s Global Climate Change Initiative; and humanitarian assistance and reparations for conflict victims and vulnerable populations. (Foreign Assistance, 2018).

Tumaco es una base importantísima por su ubicación en la frontera con Ecuador y en la costa del Pacífico. Equiparable a la ubicación de Manta, desde donde Estados Unidos operó las actividades de monitoreo o incluso intervención en la Cuenca Pacifico-Amazónica entre 1999 y 2009.[14] La hipótesis de una negociación entre los gobiernos de Estados Unidos y Colombia respecto a la concesión de Tumaco a las fuerzas estadounidenses es sin duda pertinente tanto desde la perspectiva del análisis estratégico como desde la observación de los movimientos que están teniendo lugar en esa región, incluyendo los incidentes en la frontera con Ecuador.

Todo esto en el marco de un cambio cualitativo en el papel de Colombia en el concierto internacional al convertirse en el primer país latinoamericano en ingresar a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). El 31 de mayo se oficializa el ingreso de Colombia como socio global de la OTAN, que se venía procesando desde 2013. Justo en el momento previo a unas elecciones que traen de regreso abiertamente a Álvaro Uribe, mediante el triunfo de su partido Centro Democrático y a través de la figura de Iván Duque. Dos hechos confluyentes que apuntan a un endurecimiento general de la política interna y externa colombiana, así como a un reforzamiento de la militarización y paramilitarización. El agravante es que, en cualquier conflicto que se vea implicada Colombia, podrán intervenir uno, varios o todos los miembros de la OTAN, lo que complica notablemente las tensiones en el área latinoamericana y caribeña.

Por lo pronto, el Congreso de Estados Unidos ha aprobado un presupuesto de 391 millones de dólares para Colombia, para el año fiscal 2018-2019 y la ayuda planeada para el siguiente año es de 266 millones. (Foreign Assistance, 2018)

Ejercicios militares en Sudamérica y la Cuenca del Caribe

MEDICAL TRAINING (MEDCAPS) AND ANNUAL MEDICAL ENGAGEMENTS LIKE NEW HORIZONS AND CONTINUING PROMISE—WHICH WILL SOON DEPLOY TO COLOMBIA, PANAMA, HONDURAS, AND GUATEMALA—PROVIDE A VITAL PLATFORM TO IMPROVE THE INTEROPERABILITY OF U.S. MILITARY PERSONNEL, PARTNER NATION FORCES, AND NGOS. PUBLIC-PRIVATE COOPERATION IS A FORCE- MULTIPLIER FOR ALL OF THESE EFFORTS, IMPROVING COLLABORATIVE PLANNING ON HUMANITARIAN AID DELIVERY, AND EXTENDING THE LONG-TERM IMPACTS OF OUR HUMANITARIAN ASSISTANCE”. USSOUTHCOM, 2018: 22

A partir del 1º de junio fue desplegada la Fuerza de Tarea Especial Marítima Aire-Tierra del Comando Sur (SPMAGTF-SC). Por cuarta ocasión y de manera consecutiva, dicha fuerza es enviada a distintos países de América Latina. En este caso se trata de Belice, El Salvador, Guatemala, Honduras y Colombia. Un contingente conformado por aproximadamente 300 efectivos de la infantería de Marina de Estados Unidos, desarrolla una fuerza de tarea multinacional para mejorar la capacidad de respuesta a desastres en América Latina y el Caribe. Por primera vez un miembro de las naciones anfitrionas hará parte del personal de comando, se trata del Teniente Coronel de la Marina colombiana Erick H. del Río. (Southcom, 2018).

El ejercicio Tradewinds se realizó en las islas de St. Kitts y Nevis  del 4 al 12 de junio y en Bahamas del 13 al 21 de junio. Contó con la participación de más de 20 países y consistió en entrenamientos para contrarrestar amenazas de seguridad diversas (desde control de multitudes, hasta ciberataques) y para responder en caso de desastres (Stt. Kitts and Nevis Observer, 2018).

En lo que respecta al segundo semestre de 2018, se tiene contemplada la realización de distintos ejercicios marítimos. En primer lugar destaca uno de los de mayor envergadura en su tipo, UNITAS, en el que tomarán parte buques de guerra y submarinos de al menos trece países y que tendrá lugar en Cartagena, Colombia, en septiembre (Las noticias de Cartagena, 2018), y al que en esta ocasión se incorporará Ecuador. También está acordado el ejercicio conocido como UNITAS Amphibious (Brasil), a realizarse en 2018 y 2019 (Marina de Brasil, 2018)[15].

Del 4 de agosto al 18 de octubre serán desplegadas embarcaciones hacia Colombia, Trinidad y Tobago, Honduras, El Salvador y Panamá en el marco del ejercicio Southern Partnership Station, dedicado al intercambio entre las fuerzas armadas y de seguridad de los países involucrados. Del 30 de julio al 10 de agosto tendrá lugar el Panamax, en el que participan una veintena de países. Una parte del entrenamiento se realizará en Mayport, Florida, mientras que la simulación de ataques al canal de Panamá se llevará a cabo en área de tránsito interoceánico. Hacia finales de este año se tiene prevista la realización, también en Panamá, del ejercicio de habilidades militares enfocado en Fuerzas Especiales conocido como Fuerzas Comando.

Ampliación del territorio aliado

El propósito de estrechar vínculos con la mayor cantidad de países del área, además del reforzamiento casi constante de las alianzas ya forjadas, conduce a Estados Unidos a buscar relaciones que combinan aspectos económicos, comerciales, políticos, culturales y de seguridad en general. En nuestra hipótesis, hay dos países que destacan en este interés al momento: Paraguay y Ecuador.

Paraguay siempre ha sido un punto clave en la política estadounidense referente al Cono Sur del Continente. Es el país bisagra entre los más desarrollados de la subregión y en muchos sentidos su posición es estratégica. En las tierras orientales de Paraguay se encuentra la capa de acceso más delgada al Acuífero Guaraní y simultáneamente son asiento de minerales detectados pero no declarados de acuerdo con reportes de pobladores de la zona. Paraguay se ha convertido en un paso disfrazado de soja argentina evasora de impuestos y las tierras orientales han venido siendo apropiadas por los llamados “brasiguayos”, finqueros que han ocupado muchas de las tierras de campesinos desplazados, que tienen guardias privadas y producen carne de exportación y marihuana. En esa región paraguaya la moneda en curso es el real (brasileño) y la lengua más común el portugués. Buena parte de las fronteras es fluvial, lo que abona a una porosidad que la historia ha auspiciado y aprovechado largamente. Pero además la región occidental, colindante con Bolivia, es un páramo muy bien ubicado en posiciones de alcance equidistante de las principales ciudades del Cono Sur, que alberga la base militar de Estigarribia donde han operado las Fuerzas Armadas estadounidenses desde los años ochenta. Coincidentemente, este territorio contiene yacimientos de hidrocarburos

Aunque es un país pequeño al que no siempre se le otorga el destaque que merecería, es el territorio desde donde se genera la mayor cantidad de energía eléctrica de Sudamérica, con las hidroeléctricas de Yacyretá, que alimenta a Argentina y de Itaipú, la mayor del mundo, que alimenta a Brasil.

Desde tiempo atrás, la hipótesis de Paraguay como estado fallido que requiere intervención desde el exterior ha sido base de una estrecha relación –o más precisamente sometimiento- con Estados Unidos. Es constatable como los decretos presidenciales, en los temas más delicados, son redactados en la propia Embajada norteamericana.

Con la presencia creciente de los terratenientes brasiguayos, algunos estudiosos levantan la hipótesis de un posible conflicto fronterizo que termine con la anexión de la franja oriental a Brasil. Justo la franja de mayor riqueza y previendo que próximamente (en 2023) el acuerdo paraguayo-brasileño sobre Itaipú, que se encuentra en ella, deberá ser renegociado.

La participación colombiana en capacitación policiaco-militar lleva ya varios años, coincidiendo con el momento en que se suspendió el acuerdo de inmunidad para las tropas estadounidenses y, a pesar del pueblo paraguayo, los gobiernos en general, desde Stroessner, no han hecho más que acoplarse a los intereses y políticas hegemónicas.

Paraguay es un aliado, aunque la intensidad y modalidades de esa alianza varían con el contexto y con los alcances de los planes estratégicos, así como con las resistencias sociales que se logran levantar. De conformidad con esos elementos, con el apoyo de la Embajada norteamericana (el Embajador en persona fue el primero en felicitar a Mario Abdo Benítez, a pesar de lo dudoso de la elección) y con las problemáticas conosureña y continental, éste apunta a ser un momento de intensificación de la presencia estadounidense y colombiana (ahora que ya ambos son miembros de la OTAN) en Paraguay, poniéndolo otra vez en el centro de la geopolítica del Sur.

Ecuador es el único país del sur que falta para alcanzar el control de la costa pacífica continental, tan estratégica en este momento en que aumentan las disputas económicas con China y el temor de sus inversiones en el Continente americano. Sólo quedarían pendientes El Salvador y Nicaragua en el área centroamericana pero su peso es relativamente mucho menor.

Hasta el 2009 las Fuerzas Armadas estadounidenses tuvieron la concesión de la base de Manta que marcaba el punto de eslabonamiento entre el Pacífico amazónico y el andino. Con el claro involucramiento de los aviones de monitoreo de Manta en el bombardeo de Colombia a la zona norte de Ecuador, en Angostura, la concesión no fue renovada y con ello el sistema de bases militares que tiene Estados Unidos en la región latinoamericana sufrió una pérdida importante (relacionada con el interés de lograr la concesión de la base de Tumaco).

La frontera norte ecuatoriana siempre ha sido compleja y porosa, con presencia notoria de la USAID y en cambio poca del Estado a pesar de que durante el gobierno de Rafael Correa se intentó invertir esa relación y se cancelaron los proyectos de la USAID. Después de 10 años de enfriamiento de las relaciones con Estados Unidos, particularmente en el terreno de recuperación de soberanía, desde el 24 de mayo de 2017 en que Lenin Moreno ocupa la presidencia ha habido un fuerte empeño por restablecer las condiciones de camaradería anteriores a la Revolución Ciudadana. La Embajada norteamericana se ha convertido en interlocutora privilegiada del nuevo gobierno y los acuerdos de seguridad marchan de la mano de los económicos, aunque manteniendo una indudable delantera.

Un inesperado incidente ocurrido en la frontera norte (27 de enero) desató el cambio. Un grupo mafioso, presuntamente disidente de las FARC, habría colocado una bomba y secuestrado a tres periodistas. Inmediatamente se recurrió al apoyo del FBI (30 de enero) para realizar la investigación correspondiente autorizando su actuación dentro de las fronteras ecuatorianas, al tiempo que se declaró el asunto como de responsabilidad binacional activando visitas del Ministro de Defensa de Colombia y su equipo en reiteradas ocasiones a Ecuador.

El 28 de marzo altos mandos del Comando Sur pasan por Ecuador. Promueven presumiblemente la entrega de Julian Assange, asilado en la Embajada de Ecuador en Londres, y avanzan en diversos compromisos en el campo de seguridad. El embajador norteamericano Todd Chapman, entusiasta promotor de la intensificación de relaciones en ese rubro, insistía en la ocasión:

Estamos en un momento propicio para avanzar en temas políticos, económicos, militares y de seguridad. Estas visitas demuestran a Washington que Ecuador está abierto a avanzar […] Hemos trabajado con Ecuador en seguridad por mucho tiempo. Es necesario mejorar mucho más en tres áreas: entrenamiento a policías y militares; en tecnología y en compartir información e inteligencia […] Estamos en permanente contacto con el Gobierno ofreciendo asistencia cuando se nos pide […]  Necesitamos [sólo] un pedido para restablecer oficina militar. (El Telégrafo, 25 abril).

Nuevamente el 21 de mayo el Subsecretario de Defensa, Sergio de la Peña, llega para “ampliar las relaciones bilaterales y la cooperación en materia de seguridad” y aun antes de cualquier anuncio oficial sobre nuevos acuerdos, el 4 de junio, dentro de lo que parece una cascada articulada de visitas sucesivas, el capitán Eric Green de la Guardia Nacional de Kentucky señaló que:

This trip re-establishes the partnership with the Ecuadorian military […] Our focus was to assess the status of the Army and Marine maintenance and supply programs, while introducing them to new equipment and systems […] I believe this trip helped to establish a sense of trust in our abilities and dedication to helping the Ecuadorian military. (Becerra, 2018).

Intercambios, visitas y acuerdos se han ido sucediendo, sobre todo desde el pasado noviembre (2017), rematando, por el momento, con la del vicepresidente Mike Pence, el 27 de junio, para hablar de seguridad, libre comercio y Venezuela. Estados Unidos ha ofrecido un presupuesto de apoyo a Ecuador y para un gobierno que se endeuda a una tasa de mil millones de dólares mensuales eso es importante. Obviamente, las ayudas, tienen contraparte. Ecuador se ha reincorporado a los ejercicios militares conjuntos empezando por el UNITAS y, en otro plano, ha accedido a las peticiones de Chevron para levantar los juicios por el tremendo daño ambiental en la Amazonía ecuatoriana, que tanto pelearon el gobierno anterior y las poblaciones directamente afectadas.[16]

Agenda abierta

Como parte de las líneas de atención y estudio en el futuro inmediato encontramos tres principales, sin poder descuidar el seguimiento de lo trazado en este trabajo.

  1. Los acontecimientos recientes en Nicaragua van perfilando nuevamente una intervención velada pero contundente, aprovechando la inconformidad social con el estilo y rumbo tomados por el gobierno de Daniel Ortega y su esposa, a la sazón vicepresidenta, Rosario Murillo. La violencia que se ha desatado en los dos últimos meses sobrepasa con creces las dimensiones del conflicto interno, que queda minimizado frente a una ofensiva que afecta a la sociedad en su conjunto. El presumible operativo de desestabilización o intervención en Nicaragua podría mantenerse por tiempo indefinido, a la vez carcomiendo y tomando posesión. Invoca a lo que se ha instalado en otros lugares del planeta que quedan, de acuerdo con nuestras categorías, en situación de guerra: sin tener una guerra declarada y, simultáneamente, sin poderla resolver.
  2. México, que es una de las piezas más valiosas de la estrategia continental, ha transitado por un camino absolutamente atípico con la elección de Andrés Manuel López Obrador. Todavía es una incógnita la manera como se establecerá la relación del nuevo gobierno con Estados Unidos. Las primeras señales han tenido como propósito tranquilizar al empresariado proponiendo medidas similares a las que en Francia generaron un rechazo público masivo como la del primer empleo, y colocándolo como el interlocutor privilegiado. Eliminar la impunidad y restablecer el estado de derecho son tareas prioritarias pero muy complejas que implican, entre otras cosas, rediseñar las políticas antinarco que son uno de los pilares de la relación con Estados Unidos. Por lo pronto, ya se anuncia la visita de Mike Pompeo, Secretario de Estado de Estados Unidos y anterior Director de la CIA, para entrevistarse con el futuro Presidente de México.

La elección mexicana es un hecho histórico de gran relevancia, que puede marcar algunos cambios de rumbo geopolítico. Principalmente porque representa la decisión masiva del pueblo de México de participar en las definiciones del futuro. La movilización para estas elecciones no tiene precedente cercano. Sin quitar importancia a la campaña realizada por López Obrador, la movilización indica causas mucho más profundas que las de llevar a alguien a la Presidencia. Parece una última apuesta por impedir el desmoronamiento del país y por rescatar los valores históricos de la nación. Qué tanto esta decisión popular se mantendrá y pesará en los rumbos futuros es difícil de dilucidar ahora; se irá desentrañando en los próximos meses.

  1. El tercer elemento que no puede dejarse de mencionar es el avance galopante del lawfare como mecanismo de control y disciplinamiento frente a la disidencia con poder político. De casos montados con algunos elementos de verdad, que incluso podían configurar un posible delito –aunque no se ha logrado probar-, se ha llegado al descaro de inventar hechos y testigos, de violar la constitución y las leyes, de “comprar” testimonios y de imponer sanciones de arraigo antes de tener siquiera conformado el expediente.[17] En un recorrido que se remonta al comienzo de la presente década, es posible incluir eventos como las destituciones de Fernando Lugo en Paraguay (2012) y, bajo acusaciones de corrupción, el proceso de impeachment y remoción del cargo de Dilma Roussef (2016), así como el reciente encarcelamiento de Luiz Ignacio Lula da Silva.

Con tanto empeño, si hubiera consistencia en las acusaciones ya se hubieran podido probar los delitos. No obstante, se ha llegado a extremos de impunidad institucional como la de pedir el arresto de Rafael Correa a Interpol sin una condena previa. Y esto, sin ningún extrañamiento de organismos internacionales (la OEA por ejemplo) o de países supuestamente atentos a la defensa de la democracia y a emprender actos sancionadores contra quienes, en su criterio, la incumplen.

Casos inverosímiles pero recurrentes, difícilmente apegados a algún tipo de legalidad, promueven la deslegitimación de líderes políticos no afines a las líneas hegemónicas y con ese velo, mientras más escandaloso mejor, intentan encubrir las medidas neoliberales, privatizadoras y entreguistas que se aplican a partir del momento en que la conducción del gobierno cambia de manos, así sea por métodos ilícitos. Una dimensión más del espectro de la dominación. Un terreno más de batalla por la dignidad y la autodeterminación.

Fuentes consultadas

Barrios, Rodríguez, David 2009 La militarización reciente y el golpe de Estado en Honduras <http://geopolitica.iiec.unam.mx/node/53> acceso 01 de julio de 2018.

Becerra, Alexa Staff Sgt. 2018 Kentucky maintenance team visits Ecuadorian military, 19 de junio <http://www.southcom.mil/MEDIA/NEWS-ARTICLES/Article/1555533/kentucky-maintenance-team-visits-ecuadorian-military/> acceso 25 de junio de 2018.

Business Insider 2018 Colombia: U.S. Senate Approves US$ 391 Million In Aid For The Country In 2019 <http://markets.businessinsider.com/news/interestrates/colombia-u-s-senate-approves-us-391-million-in-aid-for-the-country-in-2019-1027316033> acceso 28 de junio de 2018.

Ceceña, Ana Esther y Barrios, David 2017 Venezuela ¿invadida o cercada?http://geopolitica.iiec.unam.mx/sites/default/files/2017-11/Venezuelainvadidaocercada.pdfhttps://www.lahaine.org/mundo.php/venezuela-iinvadida-o-cercadahttp://www.rebelion.org/docs/233820.pdfhttps://www.nodal.am/2017/11/venezuela-invadida-cercada-observatorio-latinoamericano-geopolitica/; entre otros sitios.

Comisiones Unidas de Relaciones Exteriores y de Marina 2018 Dictamen de las Comisiones Unidas de Relaciones Exteriores y de Marina por el que se autoriza al Ejecutivo Federal  permitir la salida de elementos de la Armada de México fuera de los límites del país<http://www.senado.gob.mx/sgsp/gaceta/63/3/2018-04-12-1/assets/documentos/Dic_RE_y_Marina_tradewinds_2018.pdf> acceso 27 de junio de 2018.

Dunlap, J., Charles 2009 “Lawfare: A Decisive Element of 21st-Century Conflicts?”, Joint Force Quarterly (Issue 54 3d Quarter), National Defense University-Institute for National Strategic Studies, Washington.

Dunlap, J., Charles 2017 “Lawfare 101. A Primer”, Military Review (mayo-junio), Army University Press, Kansas.

Dyer, Zachary (Sargento de Infantería) 2018 “Laying the groundwork for a multinational amphibious task force”, Defense Visual Information Distribution Service<https://www.dvidshub.net/news/277717/laying-groundwork-multinational-amphibious-task-force>acceso 30 de junio de 2018.

El Comercio 2018 Subsecretario Defensa de Estados Unidos visita Ecuador para tratar temas de seguridad, 21 de mayo <http://www.elcomercio./actualidad/subsecretario-defensa-estadosunidos-visita-ecuador.html> acceso 22 de mayo de 2018.

El Peruano 2018 Autorizan viaje de oficiales de la Marina de Guerra del Perú a Brasil, en comisión de servicios, 28 de marzo <http://busquedas.elperuano.pe/normaslegales/autorizan-viaje-de-oficiales-de-la-marina-de-guerra-del-peru-resolucion-ministerial-no-400-2018-demgp-1632225-1/> acceso 30 de junio de 2018.

Foreign Assistance in Colombia 2018 <https://www.foreignassistance.gov/explore/country/Colombia> acceso 30 de junio de 2018.

Gobierno de Colombia 2018 Cascos Blancos Argentinos llegan a Colombia en el marco de una nueva estrategia de atención médica humanitaria para pacientes venezolanoswww.cancilleria.gov.coacceso 26 de junio de 2018.

Las noticias de Cartagena 2018 Ejercicio Multinacional Unitas 2018 en Cartagena, 10 de mayo <http://lasnoticiascartagena.com/2018/05/10/ejercicio-multinacional-unitas-2018-cartagena/> acceso 11 de junio de 2018.

Marina de Brasil 2018 Força de Fuzileiros da Esquadra recebe comitivas estrangeiras para planejamento da Unitas Amphibious, 19 de abril <https://www.marinha.mil.br/noticias/forca-de-fuzileiros-da-esquadra-recebe-comitivas-estrangeiras-para-planejamento-da-unitas> acceso 25 de mayo de 2018.

Mehta, Aaron 2018 “National Military Strategy update in the works — most of which will again be classified”, Defense News, 16 de enero <https://www.defensenews.com/pentagon/2018/01/16/national-military-strategy-update-in-the-works-most-of-which-will-again-be-classified/> acceso 28 de mayo de 2018.

Navy Electronic Commerce Online 2018 Presolicitation notice<https://www.neco.navy.mil/synopsis/detail.aspx?id=508636>  acceso 30 de junio de 2018.

Padilha, Luiz 2018 UNITAS Amphibious 2018/2019 Força de Fuzileiros da Esquadra Coordena a Conferência Final de Planejamento <http://www.defesaaereanaval.com.br/unitas-amphibious-2018-2019-forca-de-fuzileiros-da-esquadra-coordena-a-conferencia-final-de-planejamento/> acceso 30 de junio de 2018.

Ruíz, José 2018 2018 Central American Security Conference focuses on threat networks, regional collaboration, Página del Comando Sur de Estados Unidos, 10 de mayo <http://www.southcom.mil/MEDIA/NEWS-ARTICLES/Article/1517636/2018-central-american-security-conference-focuses-on-threat-networks-regional-c/> acceso 14 de junio de 2018.

Sputnik Mundo 2018 Quieren a Correa preso o muerto<https://mundo.sputniknews.com/radio_voces_del_mundo/201807061080201230-ecuador-rafael-correa-prision-prevenriva/> acceso 7 de julio de 2018.

St. Kitts and Nevis Observer 2018 Plans for successful Tradewinds 2018 on track for June, 20 de abril <http://www.thestkittsnevisobserver.com/local-news/plans-for-successful-t...

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US SouthCom 2018 Marine Task Force Deploys to Latin America, 4 de junio. <http://www.southcom.mil/News/PressReleases/Article/1539627/release-marine-task-force-deploys-to-latin-america/>.

US Southcom 2018 Posture Statement of Admiral Kurt W. Tidd Commander, United States Southern Command before the 115TH Congress Senate Armed Services Committee 15 de febrero. http://www.southcom.mil/Portals/7/Documents/Posture%20Statements/SOUTHCOM_2018_Posture_Statement_FINAL.PDF?ver=2018-02-15-090330-243

Vergun, David 2018 “Beyond the Horizon” exercise strengthening partnership with El Salvador<http://www.southcom.mil/MEDIA/NEWS-ARTICLES/Article/1561174/beyond-the-horizon-exercise-strengthening-partnership-with-el-salvador/> acceso el 29 de junio de 2018.

 

[1] Este artículo es parte de una investigación más amplia bajo el título Economía y guerra en el siglo XXI: corporaciones, Estados y mercenarios (IG300318) que realizamos en la Universidad Nacional Autónoma de México.

[2] En los acontecimientos recientes en Nicaragua pueden rastrearse algunas pistas similares a las del proceso de desestabilización en Venezuela, guardando por supuesto las diferencias.

[3] De acuerdo con el General Mayor retirado de la Fuerza Aérea de Estados Unidos Charles J. Dunlap, quien popularizara el término lawfare a comienzos de la década pasada, éste puede ser definido como “el uso de la ley como arma de guerra”, o bien como “un método de guerra donde la ley se usa como medio para conseguir un objetivo militar” (Dunlap, 2009). El mismo autor señala que en la actualidad el concepto suele ser entendido como “…el uso de la ley como medio para conseguir lo que de otra forma requeriría la aplicación de la fuerza militar tradicional” (Dunlap, 2017).

[4] Es necesario destacar que si bien los eventos como huracanes, inundaciones, terremotos y similares son identificados como “naturales”, de responsabilidad de la “naturaleza” y su comportamiento específico, son en verdad atribuibles al comportamiento humano enmarcado dentro del modo de vida moderno capitalista. No se generan “naturalmente”; son el resultado del patrón energético vigente, de la depredación ecológica, del violentamiento de los ciclos naturales, de la contaminación, los plásticos y todos los elementos relacionados con la pretensión de “dominar” o corregir a la naturaleza.

[5] Tampoco se dejan fuera otro tipo de espacios o de responsabilidades básicas o estratégicas y para ello han sido creados otros cuatro Comandos: CyberComando, Comando de Operaciones Especiales, Comando Estratégico y Comando de Transportación (USDoD, 2018).

[6] Como es sabido, en el área de influencia (AOF) del Comando Sur se encuentran todos los países latinoamericanos y caribeños que no son territorio estadounidense, excepto México. No obstante, es notable el incremento de la participación de México en las actividades realizadas por el Comando Sur en distintos puntos del área aun cuando, en términos geográficos y políticos, hace parte del área de influencia del Comando Norte, con el que también participa en ejercicios y reuniones.

[7] En este rubro se incluye a las “organizaciones de crimen transnacional”, pandillas, hasta Organizaciones Extremistas Violentas (VEO) entre las que se incluyen Daesh y Hezbollah (Southcom, 2017).

[8] Los ejercicios realizados en noviembre de 2017 en la zona del norte de Brasil se inscriben dentro de este objetivo de preparación de las fuerzas locales y del teatro de operaciones, dejando además montada una base ad hoc para ser utilizada en el momento oportuno, siempre con miras al caso venezolano. Para los detalles y el contexto de los operativos realizados en los últimos meses de 2017 remito al artículo Venezuela ¿invadida o cercada? (Ceceña y Barrios, 2017).

[9] Mientras tanto, en Centroamérica fueron realizados las dos fases señaladas de Continuing Promise (Honduras y Guatemala) el ejercicio Fuerzas Aliadas Humanitarias en Guatemala del 16 al 27 de abril (respuesta ante un desastre natural) y Beyond the Horizon en El Salvador. Para la realización de este ejercicio, fundamentalmente centrado en brigadas de atención médica, ingeniería y construcción de infraestructura, fue desplegada la Fuerza de Tarea Conjunta Combinada “Esperanza”, compuesta por alrededor de 1800 efectivos. Inició en el mes de mayo y culminará el 04 de agosto. (Vergun, 2018).

[10] La sistematización que lleva a cabo el Observatorio Latinoamericano de Geopolítica muestra que estos ejercicios no son aleatorios sino que están planificados con toda precisión. En 2009 a los ejercicios habituales de salto en paracaídas, Continuing Promise, Fuerzas Aliadas Humanitarias o Brigadas Médicas (MEDRETE) que se realizan en la Fuerza de Tarea Conjunta Bravo, ubicada en la Base Soto Cano en Honduras, se agregaron entrenamientos para el control y disuasión de multitudes y empleo de tácticas no letales (uso de garrotes, balas de goma y gas pimienta), con posterioridad al golpe de Estado contra el gobierno de Manuel Zelaya. (Barrios, 2009).

[11] El Ex Secretario de Estado Rex Tillerson visitó  en febrero de este año cinco países del área: México (02 de febrero), Argentina (4 de febrero), Perú (5 y 6 de febrero), Colombia (6 de febrero),  y Jamaica (7 de febrero). Sería retirado del cargo el 13 de marzo y sustituido por Mike Pompeo.

[12] Thomas A. Shannon Jr., Under Secretary for Political Affaires, visitó Ecuador, Colombia y Chile, entre el 25 de febrero y el 3 de marzo.

[13] El 23 de marzo Tidd también visitó Chile para reunirse con el Ministro de Defensa y el Jefe del Estado Mayor de dicho país. El 25 y 26 de abril visitó Trinidad y Tobago y Barbados, para tratar asuntos de la agenda de seguridad.

[14] Cabe destacar que la de Manta, en Ecuador, fue ocupada durante diez años (1999-2009) por las Fuerzas Armadas estadounidenses. La llegada a la presidencia de Rafael Correa, portador de un proyecto de recuperación de soberanía, no sólo no renovó la concesión de la base sino que fue desactivando los acuerdos militares y de seguridad que se tenían con Estados Unidos, incluyendo la fuerte presencia de la USAID.

[15] La Conferencia Inicial de Planeamiento fue realizada en Río de Janeiro del 9 al 13 de abril. El ejercicio se compondrá de dos etapas, una en 2018 y otra más el año próximo (El Peruano, 2018). En este 2018 se realizará un ejercicio de mesa (board exercise) enfocado en actividades de planeación de asistencia humanitaria y ayuda en caso de desastre. Esta fase del ejercicio no implicaría movimientos reales de tropas, embarcaciones o aeronaves. Por el contrario, la Operación Unitas Amphibious 2019 que se llevará a cabo también en Brasil contará con el empleo efectivo de tropas y medios (Dyer, 2018; Padilha, 2018).

[16] El 29 de mayo el Presidente se reunió con los directivos de Chevron en Quito y el 29 de junio la Corte Constitucional anuló el fallo contra Chevron-Texaco.

[17] Esto ocurre con las acusaciones absurdas levantadas contra Rafael Correa. Su abogado ha denunciado la compra de testimonios falsos a cambio de reducción de penas a criminales en prisión. (Sputnik Mundo, 2018).