Las dos visiones históricas antagónicas sobre la integración americana, aquella que abraza a la Doctrina Monroe de 1823, y su derivación, el panamericanismo de cuño estadunidense, y la que impulsa el bolivarismo, el unionismo y el multilateralismo con apego a los principios de las cartas fundacionales de las Naciones Unidas y la Organización de Estados Americanos (OEA), volvieron a enfrentarse en México el 18 de septiembre durante la sexta Cumbre de Presidentes y Jefes de Estado de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).
Actualmente, en el Perú la gente no quiere ver los noticieros. ¿No se quieren informar? Pues claro que sí, pero la “oferta” que encuentran día a día, hora tras hora, es de una lucha sin cuartel para derribarse el primer gobierno de izquierda, presidido por el profesor Pedro Castillo. Se suma a la agenda, la exacerbación de la delincuencia, que “vende espectáculo” y desplaza los temas trascendentes para el país
La declaración final de la cumbre de CELAC corre el riesgo de volverse una mera inspiración teórica, sino se avanza sobre los planteamientos formulados