Gestación del nuevo orden
Salvador González Briceño

Avance o retroceso; pronunciamiento del G-77 + China

 

Las señales del comienzo del nuevo orden mundial están a la vista. No se puede decir que comenzó ya, porque las nuevas directrices tampoco son fáciles de distinguir. Ni para los analistas, ni para los prospectivistas.

 

Primero, porque hablando en términos históricos el tema no llega impuesto por decreto —como el fin de las guerras, la caída del Muro o de la Unión Soviética—; o quizá como un cambio de paradigma —Tomas S. Kuhn—, tampoco visible. Ninguna de las dos.

 

No obstante aparece aquí y allá, constantemente. Se espera que para el corte final no falte tanto. Al menos en términos económicos. Entre 2015 y 2020, según Harry Dent, teórico de los ciclos económicos, basado en las “ondas largas de Kondratiev”, del blog “The Economic Collapse”. La catástrofe de imperio será la manifestación más precisa: “un auténtico infierno para Estados Unidos”. Una crisis donde la de 1929 del siglo pasado quede como juego de niños.

 

Hablando de la globalización, digamos lo menos: resultó retrógrada para el progreso humano. Lo único rescatable ha sido todo lo positivo que le podamos sacar al uso del Internet, sin el espionaje que será un virus dificilísimo de erradicar (eso creo por ahora). Pero la humanidad camina a contracorriente o hacia un precipicio; porque todo se está destruyendo en aras de la voracidad, la ambición y la codicia.

 

Las tesis del libre mercado que han alimentado políticas públicas en casi todo el mundo, han sido mecanismos útiles sólo para unos pocos países, firmas y personas. Pueblos o sociedades fuera, en muy poquísimas manos. De acuerdo con un último reporte de Forbes, por ejemplo: EU posee 115 billonarios; Alemania-28; Rusia-18; India-11; Japón-9, etcétera. Otro, del The Boston Consulting Group, dice que ya en 2013 apenas el ¡1% de la población! concentró el ¡42% de la riqueza privada de todo el mundo!; contra un 39% del 2012. Esto agudiza como nunca la polarización de la riqueza creada, y los pobres aumentan aceleradamente. La Unión Europea está quebrada. ¡Qué decir de los pueblos!, salvo los alemanes.

 

Esto hará ¡boom! dentro de poco. Porque las bolsas; mejor dicho, el sistema financiero ha estado jugando a la ruleta —y no rusa porque los rusos están en otro tenor—. Las tasas libor, su diferencial, traerán secuelas para la economía  estadounidense como las subprime en 2008. De la mano de la impresión de dinero sin soporte que socializa pérdidas de la llamada flexibilización cuantitativa.

 

Pero en la geopolítica las cosas no andan bien. Mejor dicho es en donde las señales están peor. La movilización agreste de las fuerzas de la OTAN. La amenaza que se cierne sobre Ucrania, es maquinada. La movilización de “terroristas” en Irak contra el gobierno establecido es señal de que EU pretende reposicionarse en la región centroasiática. Irán y Siria están en la mira imperial.

 

Pero a quien más le teme EU es a Rusia. También a China. Por cierto que, como lo refirió recién Evo Morales, con motivo de la reunión del G77+China: “Mientras EU promueve políticas de intervención, nosotros de liberación”. Y ahí, desde foros como este, se promueve por cierto, la creación del “Establecimiento de un nuevo orden mundial”. Asoma ya. Pero no llegará sin la derrota de EU. Como imperio no sólo perderá sus guerras contra el mundo, perderá la interna. Su propia guerra. La economía no obedece ni a discursos ni decretos. O cuando la economía y la historia se unen.

 

Salvador González Briceño

Director de El Día en 2009. Director de Reporte México. Contacto: sgonzalez@reportemexico.com.mx

 

Tomado de: http://www.elpuntocritico.com/reporte-global-salvador-gonzalez-briceno/88921-gestaci%C3%B3n-del-nuevo-%C3%B3rden.html