Brasil
Internet es un bien de la ciudadanía, de todas las personas
Clara Robayo
Miércoles, Octubre 11, 2017

En la actualidad, se habla de una sociedad conectada y global y la posibilidad de un acceso casi universal a Internet. Sin embargo, hay que analizar cada caso en su contexto. ¿Existe neutralidad en la Red? ¿Cada usuario tiene acceso a una banda ancha de calidad? Marcos Urupá, brasileño, periodista y abogado que trabaja con Intervozes, explica el caso de Brasil y sus niveles de conectividad.

En Brasil existe un promedio de un celular por habitante. Se habla de 230 teléfonos y 220 millones de habitantes. ¿A qué tipo de conexión tienen acceso los usuarios? Ellos utilizan la Web a través de su celular, es un Internet de baja calidad; en unas zonas puede ser de 2G y en otras de 4G. A su vez, los paquetes de datos tienen límites y el usuario no puede navegar de una forma libre.  El nivel alto de conectividad del que se habla es porque los habitantes acceden a Internet a través de su teléfono.

Si se considera el acceso a la banda ancha, Urupá explica que está entre 40% y 45%; es decir, menos de la mitad de los brasileños tienen acceso a Internet en sus hogares. El costo de la banda ancha es elevado. Las compañías instalan infraestructura en lugares donde la población tiene un alto poder adquisitivo. Es decir, se accede a Internet de calidad en zonas donde las personas pueden pagar más por el servicio. No existe una universalización de la infraestructura de Internet, está sectorizada.

En el marco del evento “Diálogos por una Internet Ciudadana”, realizado en CIESPAL del 27 al 29 de septiembre, Marcos Urupá explicó cómo Internet está controlada por las grandes empresas y corporaciones y que no es un bien público. Por ello, expuso la necesidad de que Internet debe ser declarada un derecho y también el acceso a ella.

Este sería el primer paso. Después, implica identificar qué derechos debería tener una persona en el entorno digital, como la privacidad y la seguridad; y así, garantizarlos a través de políticas públicas. Entonces, Internet no puede ser un espacio sin legislaciones, sino que éstas deben estar alineadas con los Derechos Fundamentales y sin promover ningún tipo de censura.

Brasil ha tenido grandes avances en el campo de la legislación en temas digitales; el más destacado fue el Marco Civil de Internet. En muchos países del mundo, fue denominado como la ‘Bible of Rights’ (Biblia de Derechos). Sin embargo, no se ha logrado garantizar la eficacia del mismo, ni la neutralidad en la red.

A su vez, se están planteando varios proyectos de ley que representan retrocesos, al querer limitar la libertad de expresión y fomentar la censura; se utiliza como argumento, la lucha contra la pedofilia y el crimen organizado.  Sin embargo, como manifiesta Urupá, ya existen leyes que regulan este tipo de delitos en el país; y añade que esas legislaciones lo único que buscarían sería el silenciamiento de libertades.

Tras el Marco Civil de Internet, la sociedad brasileña se ha fortalecido y está organizada. Ocupa espacios de incidencia e incluso ha conformado una coalición de 20 a 30 organizaciones de los más variados tipos, como académicos, militantes de tecnologías libres y entidades de derechos de la comunicación. De esta manera, está emprendiendo acciones para visibilizar problemas de la falta de privacidad y la vigilancia en la red. La más reciente iniciativa es la campaña contra el tráfico de datos. Se busca concientizar a la sociedad civil sobre cómo sus datos personales están en manos de corporaciones y lo que permite a éstas conocer en detalle la personalidad y gustos de los usuarios.

Históricamente, la sociedad civil brasilera ha promovido varias luchas en algunos otros ámbitos que no tiene a la comunicación como principal eje, como las luchas de los pueblos indígenas o la protección al medio ambiente, entre otros. Sin embargo, en los últimos 20 a 25 años, se ha potencializado la defensa de la comunicación y ahora la de Internet como un Derecho Humano.

Más información sobre el Encuentro: internetciudadana.net