La velocidad con la cual todos los ámbitos sociales son atravesados por internet es innegable, la virtualidad abarca cada vez más espacios. Sin embargo, la gran promesa de una internet igualitaria y favorable al desarrollo de conocimientos y capacidades es minada por su extrema mercantilización, impulsada por grandes empresas transnacionales. Esto es una amenaza a las aspiraciones de soberanía y democracia de los pueblos.