Las grandes corporaciones globales de tecnología digital se han ido convirtiendo con el pasar de los años en el cerebro que controla todos los sectores y aspectos de la economía mundial. Lo que nació con el rol de conectar a los actores y actividades en sus plataformas de comunicación hoy es la mina de oro que provee cuantiosas ganancias a los principales conglomerados de Internet, quienes se apropian de los datos de los usuarios para, una vez procesados, venderlos como productos a las empresas interesadas en esta inteligencia mundial.